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Anular el voto favorece al PAN

16:14 Publicado por Semanario Voces
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Víctor M. López Álvaro

En tanto el titular del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), David Gómez Álvarez, no se cansa de repetir que su principal reto es vencer el abstencionismo en las próximas elecciones del 5 de julio, un grupo de ciudadanos lanzó la campaña “Anulo mi voto”.

El voto nulo no ha predominado en los electores jaliscienses. Por ejemplo, en la elección a diputados locales en 2003 se registró el mayor porcentaje que anularon la boleta electoral, y representó apenas un 2.8%.

En las dos últimas elecciones, en las cuales se eligió gobernador (2000 y 2006), anularon su voto menos del 2%.

Margarita Sierra, una de las promotoras de esta campaña y miembro del Congreso Ciudadano, afirma, de manera simplista, que “todos los partidos son iguales” y “que solamente se reparten los puestos como les da la gana, son una vergüenza. Por eso, para políticos nulos, votos nulos”.

Pero diversos analistas políticos dudan de la efectividad del voto nulo. Es más, beneficiaría al PAN o al PRI, que son los partidos que cuentan con el “voto duro”. Y de paso anularía por completo a los partidos de izquierda que emergen en el estado.

“Los políticos no cambiarán su modo de pensar por el simple hecho de que miles de ciudadanos anulen su boleta. Es una ingenuidad descomunal tan siquiera pensarlo”, afirma el politólogo Guillermo Ortiz Vázquez.

La realidad es aplastante: habrá un ganador en la siguiente jornada electoral en la cual se elegirán diputados locales y federales y alcaldes en el estado, que ejercerán los millones del presupuesto público.

Gilberto Parra, candidato por el Partido del Trabajo (PT) y exdirigente durante varios años del PRD, sostiene que esta campaña “es una propuesta engañosa porque no propone algo más allá. Si hubiese una serie de acciones posteriores a la anulación del voto, que forzara a los partidos políticos y al sistema electoral en general a mejorar sustancialmente, es probable que muchos estaríamos apoyándola”.

Esta acción, insiste Parra, el también dirigente de exbraceros, favorece a los partidos políticos, a la burocracia que tiene el poder en el país y en el estado; incluso, el propio PRD “podría salir afectado aunque tenga una presencia local menos que testimonial”.

Para el sociólogo David Velasco, investigador del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, sugiere que se “cuestione de raíz al conjunto del proceso electoral, la pérdida de credibilidad y la enorme crisis de confianza. Por tanto, dice, es inútil anular el voto.

“Seguir creyendo en que los grandes cambios que requiere nuestro país depende de un voto, es seguir creyendo que de arriba nos vengan las soluciones que se están construyendo desde abajo”.

Derrota política

Carlos Martínez Maguey, consejero del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), sostiene por su parte, que el derecho al voto es una de las conquistas históricas que ha costado mucho trabajo. “Las organizaciones civiles tienen todo el derecho de anular su voto pero también me parece que sería una lástima. Porque no se puede calificar que todos los partidos sean lo mismo; habrá que ver las distintas opciones que ofrecen los 8 partidos registrados. Los ciudadanos no deben permitir que otros decidan por ellos”.

El dirigente Gilberto Parra precisa: “Si dejamos de ir a votar por alguna opción distinta quiere decir que estamos conformes con las políticas que se han implementado en el estado y estaríamos avalando al actual gobierno panista, y al propio Congreso local”.

Incluso Parra arremete en contra de Margarita Sierra, a quien se le vincula políticamente con el jeque del Grupo Universidad, Raúl Padilla López. “Esta campaña que promueve Sierra es sospechosa en buena medida pues le afecta a los partidos con presencia modesta como el PT y Convergencia”, del Frente Amplio Progresista que apoya la campaña de Andrés Manuel López Obrador.

“Tal parece que esta campaña se encamina a afectar a estos partidos para que pierdan su registro en el estado y dejar a salvo a los partidos que tienen más recursos y llevan décadas gobernando. Tanto el PRI como el PAN ganarán por el voto duro que tienen y de esta forma aseguran su permanencia en el poder”.

Sierra, por su parte, afirma: “No creo que afectemos con esta mini campaña a los partidos pequeños. La gente que apoya a estos partidos lo hará de todas formas. Estamos invitando a los ciudadanos que no tengan ninguna opción. No estamos en contra de los pequeños partidos de oposición, que dudo de su existencia”.

El analista político Jorge Narro dice que el voto nulo, aun mayoritario, no tiene consecuencias jurídicas. Pero puede tener consecuencias políticas.

Un voto conscientemente anulado y en proporción significativa, añade el académico Narro, puede enviar a los partidos y, en general, a la clase política un mensaje difícilmente ignorable: “no creemos en ustedes”, “todos son iguales”, “igualmente corruptos y/o ineficientes…”. En suma: “no nos sentimos representados por ninguno de ustedes”.

--¿A quién favorece que se anulen los votos?

--Numéricamente, al mismo que favorece la abstención: al partido que tenga mayor “voto duro”.

--¿Le favorece al PAN?

--Si tiene la mayor proporción de voto duro, entonces sí. Les daría más posibilidades a sus candidatos. Pero eso sólo ocurre en algunos estados –como en Jalisco- no en todos. Y sería sólo una victoria “numérica”, no política y mucho menos “moral”. Ganaría sólo votos, y votos duros (que de por sí ya tiene), pero no escaparía de la condena a todos los partidos. Más aún: resultaría quizás más desacreditado por ser el partido en el Gobierno, por haberse transformado tan rápidamente en aquello que condenó durante todos sus años como oposición.

En cambio, a la izquierda partidista no le beneficiaría la anulación de votos, pues, a decir de Jorge Narro, “resultaría tan condenada por el voto deliberadamente anulado como la derecha. Tan rechazados serían el PRD, el PT y Convergencia como el PAN, el Panal, el PRI, etc.”

Jorge Regalado, investigador del Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad de Guadalajara, afirma que el modelo político liberal “no funciona ni resuelve nada; sirve para que se pongan de acuerdo la clase política en el poder y repartirse los puestos. Sirve, en todo caso, para legitimar y manipular a otros movimientos sociales. Los partidos políticos entretienen cada 3 años, meten ruido y dividen a las organizaciones sociales”.

--¿Qué opciones le quedan al ciudadano?

--Nadie lo tiene claro todavía. En términos generales hay que moverse en resolver los problemas de la gente. En sentido contrario al poder y al sistema, si queremos hacer algo. Tendremos que repensar todo y darnos oportunidades nuevas y reconfigurar nuestro pensamiento. En el centro de la reflexión deberá estar el problema de la gente. Los que lo promueven están dentro del sistema. Aún creen que pueden lograr un cambio.

Despolitización

Para Velasco, “en la práctica, la abstención electoral e incluso la anulación consciente del voto es más el resultado de una política de despolitización que, por paradójico que parezca, es imposición de los poderes fácticos que controlan los órganos del Estado”.

Velasco asegura que no se construye ciudadanía por la anulación del voto; “por el contrario, cuanto más participación consciente y organizada en formas autónomas de ejercicio de los derechos civiles y políticos, mejores ciudadanos, pero que no miren hacia arriba, sino hacia abajo, donde hay más problemas sociales y hay muchísima más gente. Arriba sólo hay simulación y desmemoria”.

--¿Con esta campaña se promueve la desmovilización?

--Me parece un absurdo y contrasentido que, por una parte se promueva la participación electoral con la anulación consciente del voto y por el otro, los grandes mecanismos despolitizadores apuestan a un porcentaje creciente de abstención electoral que, posiblemente rebase el 50% en las próximas elecciones.

“Los propios políticos profesionales han hecho todo lo posible porque la mayoría de la gente deje de creer en ellos. (…)Sin embargo, abajo se siguen tejiendo resistencias, como la de los pueblos indígenas, los mineros y el movimiento magisterial, entre otros”.

--Algunos plantean que anular votos favorece al partido en el poder.

--La política de despolitización favorece a quien tenga el poder del estado, en cualquiera de sus instituciones. La rebatiña de cargos es una lucha interna de la clase política que ha dejado de diferenciarse por sus principios, todos se parecen y todos hacen una política patrimonialista y clientelar.

“De ahí que da lo mismo si el PAN y el PRD ven disminuido el número de sus diputados federales a costa del aumento de los del PRI y del PT y Convergencia. No hay diferencias. Los que resulten electos, serán elegidos por una minoría de la población”.

--¿La anulación y la abstención hará que la clase política reflexione?

--Para nada. Los políticos no piensan en nada que no les deje dinero. Su reflexión será pura y simplemente cuál será el siguiente negocio que van a hacer, cómo van a recuperar la inversión en la campaña electoral y cómo cumplir y pagar sus compromisos de campaña. La anulación y la abstención les tienen totalmente sin cuidado.

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