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Cultura
En este espacio se mostrarán los titulares de los diarios del Área Metropolitana de Guadalajara.
En este espacio se mostrarán diversas informaciones sobre tecnologías de la comunicación.

El concierto de apertura del Mundial 2010 en Sudáfrica

18:42 Reporter: Semanario Voces 0 Responses
Dale click para ver el concierto completo

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22:09 Reporter: Semanario Voces 0 Responses

Waka Waka, esto es África.
Canción oficial del Mundial 2010

Llegó el momento, caen las murallas
Va a comenzar la unica justa de la batallas
No duele el golpe, no existe el miedo
Quitate el polvo, ponte de pie y vuelves al ruedo

Y la presión que sientes
Espera en ti, tu gente!
Ahora vamos por todo
y te acompaña la suerte

Samina mina sam ¡aleguah!
Porque esto es África

Samina mina ¡eh! ¡eh!
Waka Waka ¡eh! ¡eh!
Samina mina sam ¡aleguah!
Porque esto es África

Oye tu dios
y no estarás solo
llegas aqui para brillar
lo tienes todo

la hora se acerca
es el momento
Vas a ganar cada batalla
ya lo presiento

Y que empezar de cero
para tocar el cielo
Ahora vamos por todos
Y todos vamos por ellos

Samina mina sam ¡aleguah!
Porque esto es África


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19:57 Reporter: Semanario Voces 0 Responses
La versión en ingles de la canción oficial del Mundial 2010.


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18:50 Reporter: Semanario Voces 0 Responses
Quá canción, de Bisbal y K´naan. Deleitable.


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Guadalajara, feria de contaminación visual

17:28 Reporter: Semanario Voces 0 Responses

POR JOSÉ MANUEL GÓMEZ VÁZQUEZ ALDANA
Vía El Informador.com.mx
Ya es tiempo de madurar como ciudadanos y miembros de una comunidad ‘‘dizque’’ civilizada
La contaminación visual galopante y agresiva que se multiplica en Guadalajara, causa desilusión y angustia entre los habitantes de la metrópoli.

Ya es tiempo de madurar como ciudadanos y miembros de una comunidad “dizque” civilizada y hacer una campaña exigiendo a las autoridades que limpien la cara de Guadalajara, quitando toda esa porquería de anuncios que ponen en cualquier lugar y de cualquier forma existente y ridícula, además de la multitud de espectaculares que no deberían existir en la ciudad.

Pedimos a los diputados, esperemos que algunos tengan sentido común que es el más escaso de los sentidos, que amen y respeten a su ciudad y promulguen una Ley Estatal de acuerdo con los Ayuntamientos, para liberar a la metrópoli, a los centros de población y las carreteras, de la porquería de espectaculares que además de ser un peligro porque distraen al conductor, son una verdadera mugre urbana que debe desaparecer inmediatamente.

Los anuncios de los comercios deben estar reglamentados sin demora alguna, sin conceder agresiones urbanas ni faltas al reglamento. Basta observar el número de anuncios ridículos como la gran M de McDonalds en Av. Vallarta, por poner un ejemplo. Se debe analizar la forma en que se anuncian con discreción y respeto a los comercios en ciudades de primer mundo.

Ya hubo un intento y se logró la limpieza de anuncios ridículos y espectaculares en el Centro Histórico hace algún tiempo, pero han vuelto a reaparecer sin importarles la gran contaminación visual que producen. Esto debe hacerse no solamente en el Centro Histórico sino en toda la ciudad, así se logrará una ciudad más humana, acercándonos al primer mundo, mejorando la calidad de vida.

Además, con esta medida que es indispensable, espero que lo entiendan los Ayuntamientos y los diputados, se debe diseñar la forma en que los peatones reconquisten los espacios urbanos y que el medio de transporte del ciclista se tome verdaderamente en serio, esto se puede lograr reduciendo los espacios para los automóviles, ampliando las banquetas para los peatones y definiéndose en toda la ciudad las rutas para los ciclistas. Esto lo puede hacer Secretaría de Vialidad ampliamente, Diego Monraz tiene el suficiente conocimiento y cultura para hacerlo, en coordinación con los Ayuntamiento y las autoridades de Planeación Urbana, que al final influyen tanto en lograr una adecuada movilidad urbana, esto consolidándolo con el transporte colectivo eficiente.

Asimismo volveremos a mencionar que se deben reglamentar cuando menos en diferentes sectores y avenidas principales las alturas de los edificios, esto combinado con grandes áreas urbanas donde puedan convivir peatones y ciclistas.
Se debe arrebatar la entronización que se ha hecho de los vehículos automotores en la ciudad, que son realmente los dueños del espacio urbano.

Estos son detalles importantes para la calidad de vida.

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Waka waka de Shakira. Qué bello.

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El ABC de ignominia

18:33 Reporter: Semanario Voces 0 Responses

Diego Enrique Osorno

Vía Proceso

Cuando está por cumplirse un año del incendio en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el periodista Diego Enrique Osorno publica un libro en el que confluyen, a manera de un coro, las voces de algunos protagonistas. Esta tragedia, que no se originó por oscuros designios del destino sino por la irresponsabilidad y apatía de los dueños del establecimiento, aún no concluye y no terminará –aseguran los padres indignados– hasta que los responsables sean enjuiciados. Con la autorización del autor y de la editorial Grijalbo, ofrecemos a nuestros lectores fragmentos del libro, que comenzará a circular esta semana.



Una vez le pregunté al guardia de seguridad de la bodega estatal: “¿Qué pasaría si todo esto explota?”, pero no respondió; tampoco lo hizo el personal de Protección Civil, a quienes les hicimos ver esa anomalía, así como la de la lona, que a nuestra consideración, si se caía, iba a llover lumbre, porque sabía que es de plástico.

Esto nos daba miedo; los de Protección Civil nos dijeron que tomarían nota de ello. Todas las irregularidades que en cada grupo recabaron fueron expuestas a los demás grupos y esas anotaciones se las llevó un sujeto de Protección Civil. Posteriormente se nos dijo que estuviéramos listos para el simulacro de incendio, así que estas dos cosas: el almacén y la lona eran los peligros potenciales que había en la guardería.

Alma Dinorah Lucero, asistente educativa de la Guardería ABC.

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Antes el almacén y la guardería eran una misma bodega donde había una maquiladora. Me di cuenta de eso porque en la pared poniente había unos hoyos grandes. Como que por ahí pasaban montacargas. Los hoyos que dividían al almacén y la guardería fueron rellenados con bloques. Esto se veía perfectamente porque las paredes estaban sin enjarrar.

Ignacio Alduenda Salazar, empleado de la Agencia Fiscal del estado.

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El almacén que estaba enseguida de la guardería era del gobierno, pero estaba muy descuidado, con maleza y grafitis, y jamás vi a algún guardia de seguridad cuidándolo. Inclusive el año pasado robaron en la guardería e ingresaron por el lado de dicho almacén, tumbando parte de la pared, a la altura de maternal B-1; robaron comida, lo cual debió de ser escuchado o visto por el supuesto guardia.

Perla Alejandro Moreno Olguín, educadora de la Guardería ABC.

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Ese viernes los estaba apurando para llegar temprano. Mi hija está en una escuela a una cuadra de la Guardería ABC. La costumbre era que mi esposa llevaba a la niña y yo llevaba al niño. Ese día, cuando íbamos de camino a la guardería los cuatro, primero dejamos a Nicole, y recuerdo que el niño, mi bebé, se paró y dijo: “Adiós mamá, adiós Nicole”, pero nunca pensamos que sería el último adiós. Quedamos de vernos en la tarde para recogerlos. Caminamos más y llegamos a la guardería. Chequé tarjeta, como era la costumbre, y el niño pasó al interior de la guardería, se paró, volteó, y me dijo: “Adiós apá”. Nunca pensé que era la última vez que lo iba a ver en mi vida. Y esa imagen se me quedó grabada. Será para siempre.

José Cruz Álvarez, padre de Bryan.

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En una ocasión nos visitó un instructor de primeros auxilios que sólo recuerdo que se llamaba Juan. Nos pidió que nos fijáramos qué era lo que había en el exterior de la guardería, esto para saber a dónde nos íbamos a ir en caso de cualquier siniestro que ocurriera y así poner a salvo a los niños. En esa ocasión, todo lo que apuntamos fue que estábamos cerca de una llantera, de una gasolinera y de una bodega sola. El instructor dijo que nos encontrábamos en una bomba de tiempo.

Aracely Moroyoqui Contreras, asistente educativa de la Guardería ABC.

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Escuché un sonido raro, algo extraño, arriba del techo, es decir del cielo, y me quedé estática, tratando de buscar de dónde provenía. Cuando bajé la vista comenzó a entrar humo de la esquina de la sala de descanso de los maestros. Un humo claro, cafecito, así que me dije “algo está pasando”; los gritos que escuché fueron: “alarma” y “fuego”, y enseguida sonó la alerta de seguridad.

Araceli Valencia Gracia, auxiliar de salud de la Guardería ABC.

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Salía bastante humo negro, demasiado negro, por lo que al ver todo eso, mi compañera Hilda de inmediato trató de abrir la puerta de la calle a la cocina, la cual estaba habilitada como salida de emergencia. Según los simulacros que antes habíamos hecho, esa puerta estaba habilitada como salida de emergencia, pero recuerdo que no podíamos abrir la puerta, ya que abre para adentro, no para afuera, además de que teníamos que jalarla con fuerza y abrirla con la llave, pues esa puerta no tenía la jaladora de la chapa porque se quebró, y en eso andaban de que la iban a arreglar, pero no lo hicieron.

María Guadalupe Torres Grijalva, cocinera de la Guardería ABC.

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El 5 de junio nosotros estábamos en Phoenix, en una reunión de la comisión Sonora-Arizona, que cumplía 50 años de haberse fundado y tiene dos reuniones anuales, una en Sonora y otra en Arizona. Ahora tocaba en Arizona. Al subir al presidium se me acerca un amigo que tiene relación con los bomberos y me dice: “gobernador, dicen que hay un incendio en una guardería en Hermosillo”. Entonces le hablo al procurador y al secretario de Seguridad Pública, que ambos estaban allá conmigo porque, como bien sabes, uno de los temas importantes en la relación con Arizona es el tema de seguridad; entonces estaban los dos allá y les encargo que se pongan a investigar. En lo que se va desarrollando el evento, se van conociendo avances, primero que eran dos niños, luego que cuatro, luego que siete, luego que 10 y entonces me toca hablar a mí, le toca hablar a la gobernadora, y al final del evento digo que me voy a regresar porque no sabemos exactamente qué es lo que está pasando. Regresamos inmediatamente, me traje al procurador obviamente, me traje al secretario de Seguridad Pública, me traje al secretario de Salud y comenzamos a ponerle orden, diría yo.

Eduardo Bours Castelo, gobernador de Sonora.

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A eso de las 2:30 de la tarde mi esposa (Sandra Téllez) me avisó que se estaba quemando la guardería, que ella ya iba en camino. Me dirigí hacia dicho lugar de inmediato, aun cuando andaba al norte de la ciudad por cuestiones de mi trabajo. Al llegar ya se encontraba el lugar acordonado por la policía y los bomberos. Únicamente miré a mi esposa y me junté con ella y me percaté de que ya se había desalojado el inmueble… Mi esposa estaba averiguando dónde estaban los hospitales para ir a ayudar a la gente, como lo hacemos hasta el momento, o sea a las madres de familia. Aparte de mi esposa, son otros dos los socios de la guardería, siendo los de nombre Gildardo Urquidez y Marcia Gómez del Campo.

Alfonso Escalante Hoeffer, dueño de la Guardería ABC y subsecretario de Ganadería del gobierno de Sonora.

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Fuimos a varios hospitales a buscar a mi hijo. Ya como a las 11 de la noche, la última opción: había un niño sin identificar en el hospital del ISSSTE. Y afuera ponían ropa de los niños para que los identificáramos los padres. Ahí había una camiseta idéntica a una de las que él tenía. Tenían la camisetita ahí toda quemada, y cuando vi la camisetita, dije: “Sí, sí es, aquí está”. Entonces pasé a ver al niño y el niño estaba bastante rojito y traía un respirador, tapado. Lo veía y sabía que era el último, pues. El último niño. Por una parte deseaba que sí fuera él, por otro lado que no fuera él. Y lo vi, y dije: “Sí es”. Pasó mi hermana y lo vio: “¿Estás seguro, Roberto, que es él?” “Sí, Jessica –le digo–, velo bien; sí es él, pero pues está quemado.” Llega mi esposa, en cuanto lo ve, dice: “No es”. Fuimos al Semefo y cuando llegamos nos mostraron unas fotos: ahí estaba en una de las fotos… era él.

Roberto Zavala, padre de Santiago de Jesús.

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Viendo fotografías descubrimos el rostro de nuestro hijo y pues pasamos a reconocerlo… Entramos en un estado de shock que no nos permitió expresarnos. Pasaron como un par de horas más para que nos pudieran dar oportunidad de firmar todos los documentos y decirnos a qué hora podíamos recoger el cuerpecito de nuestro hijo. El arzobispo estaba ahí pero te quiero decir algo, yo al arzobispo lo veía tan distante, tan fuera de lugar, tan impersonal, no transmitía absolutamente nada. Al otro día, pasamos a Medicina Legal y nos entregaron su cuerpecito, se lo llevó una carroza a la funeraria San Jorge. Ahí lo velamos a partir de las 11 de la mañana hasta las seis de la tarde. Mantuvimos el ataúd, su cajoncito, cerrado, no porque el niño estuviera lastimado, el niño murió por asfixia, por intoxicación, sin embargo, preferimos que toda la gente lo recordara sonriendo, jugando.

Julio César Márquez, padre de Yeyé

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–¿Usted sabía que colaboradores suyos estaban relacionados con guarderías?

–Me enteré en Phoenix, ahí estaba Tony Salido, el esposo de una de ellas (Marcia Gómez del Campo). De hecho me lo traje yo, se vino en el avión junto con el resto de los funcionarios que veníamos a ver esto. Él fue quien me lo dijo, estaba deshecho, y él me dijo que era una guardería en la que su mujer era socio. Por eso me entero. Desde entonces ya no lo volví a ver. Lo que les dije nada más es: ustedes tienen que dar la cara, no sé cómo están las cosas, pero obviamente es una tragedia y tienen que dar la cara en estas cosas y ya.

Eduardo Bours Castelo, gobernador de Sonora.

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Después de que vimos la foto de Santiago, pasamos inmediatamente a una oficina donde estaba el arzobispo y estaba el procurador Abel Murrieta. Entonces el arzobispo toma la mano de Martha y le empieza a decir: “No, mira…” Le empieza a dar su choro… Le dije: “No diga nada…” “Es que, hijo…” “No, no, no diga nada, quédese callado, cállese, ¿no entiende lo que es quedarse callado? No diga nada.” Se quedó completamente frío. Estaba enfrente el Abel Murrieta.

–¿Cuántos niños van, cuántos niños murieron? –le pregunto.

–No. Es una información confidencial —me dijo Murrieta.

–¿Cómo chingados es confidencial? ¿Cuántos niños murieron?

–Doce niños.

–¿Cómo ha pasado esto?

–No sabemos, ahorita estamos enfocados en los niños lesionados.

–Ese fue el primer contacto que tuve con ese güey y con el arzobispo que sólo decía resignación y bla, bla, bla…

Roberto Zavala, padre de Santiago de Jesús.

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Para mí hubiera sido muy fácil ubicar al que dejó prendido el cooler y decir: se acabó el problema. O por lo menos intentar que se acabara el problema. Nunca lo hemos negado: vamos por la gente responsable, voy por todos, por el Seguro Social, si es que hay responsables, del nivel que sea, del ayuntamiento, administración actual o pasada. Que quede claro, no solamente hay un responsable y no se llamaba el que dejó prendido el cooler.

Abel Murrieta, procurador de Justicia de Sonora.

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–¿Cómo garantizar la impartición de justicia y defender a su equipo involucrado en la tragedia?

–Actuando con la imparcialidad y con estricto apego a la ley. Se los dije a ellos: “Oigan, vamos a ver, vamos a llegar al fondo de las cosas, yo no sé si se tengan o no tengan [responsabilidad], pero nunca me ha temblado la mano para actuar contra el que infringe la ley, si hay responsabilidad”. No tengas duda de que vamos a actuar, pero con estricto apego a la ley.

Eduardo Bours Castelo, gobernador de Sonora

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–¿Tiene usted la conciencia tranquila?

–Sí. A lo largo de mi carrera, y en particular como director del IMSS, siempre guié mis acciones bajo criterios de legalidad, honestidad y transparencia.

Juan Molinar Horcasitas, exdirector del IMSS

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Andrés era mi hijo único. Un hijo planeado muy deseado, y me lo quitaron. Me lo mataron el 5 de junio. ¿Quién me lo mató? La impunidad y la corrupción que predominan en este maldito país. Eso me lo mató. Ahora, ¿qué hago sin mi hijo? Mi corazón está lleno, muy lleno de amor por él; mi cerebro está lleno de recuerdos hermosos, pero mis brazos están vacíos. ¿Qué hago sin él? Quiero darle sentido a la muerte de mi hijo y a la muerte de estos niños. Quiero que, en medio de esta desgracia, salga algo bueno para los demás niños, para los que están con nosotros y por los que vienen. Creo mucho en Dios, y creo que las cosas pasan por algo. Necesito –para que mi corazón esté en paz– que la muerte de estos niños tenga un sentido.

Patricia Duarte, madre de Andrés.

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Entre la convicción y la desesperación

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Rosalía Vergara
Vía Proceso

La actitud combativa de los sindicalistas del SME que pugnan por conservar su fuente de trabajo no se ha traducido todavía en logro alguno. En el caso de quienes se mantienen en huelga de hambre en el Zócalo de la Ciudad de México, su salud se deteriora tan rápido como la credibilidad del gobierno calderonista, que sigue sordo, insensible ante las demandas de los electricistas... En la crónica que aquí presentamos, la reportera de Proceso cuenta con detalle lo que vio y escuchó durante más de 24 horas de estadía en el campamento de huelguistas del SME.

MÉXICO, D.F., 2 de junio (apro).- “¿Hasta cuándo saldré de aquí? Hasta que pierda la conciencia”, dijo Miguel Ángel, y lo mismo sostuvo María del Rocío, ambos integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que se declararon en huelga de hambre en protesta por la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Pero después de más de 20 días tuvieron que salir del campamento por problemas de salud.

Al igual que ellos, por lo menos 17 de los 93 manifestantes se han retirado por problemas de salud, algunos graves. Rocío prometió volver cuando se la llevó la ambulancia porque se le bajó la presión y se sentía mareada, pero sólo Miguel Ángel regresó.

Por convicción o desesperación, los 86 electricistas que permanecen en huelga de hambre comparten sus ideas y viven lo más cómodamente posible en el campamento instalado por el SME frente al Palacio Nacional y a un costado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). A veces, por las tardes, los electricistas reciben masajes de aceite de azahar para evitar que se les cuartee la piel por permanecer por mucho tiempo inmóviles en sus catres. Así esperan que el máximo tribunal resuelva el amparo interpuesto por el sindicato contra la liquidación de la empresa.

Del 18 al 19 de mayo, la reportera pernoctó con los electricistas. Débiles y cansados, están convencidos de que su lucha es contra el gobierno de Felipe Calderón. Diariamente su dirigente, Martín Esparza, los pone al tanto del litigio.

Cuando se les pregunta cómo va su lucha, los vigilantes y los organizadores del campamento, así como los huelguistas, manifiestan su confianza en que recuperarán su empleo en LFC porque la ley les dará la razón. Inquieta su seguridad convertida en consigna. En un mitin, el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador gritó: “¡El SME se queda, Calderón se va!”

El Gobierno del Distrito Federal les ha brindado asistencia médica, víveres y agua. Con ese precario apoyo, a cualquier hora y principalmente ante los medios de comunicación, despotrican contra el gobierno federal. Lo acusan de haberles arrebatado su patrimonio, dejarlos sin empleo y condenarlos a pasar su vejez vendiendo chicles, limpiando parabrisas o en cualquier otro empleo informal.

También se burlan de los electricistas que aceptaron su liquidación porque los están subcontratando “para podar árboles”.

En la medianoche del 20 de mayo los huelguistas cierran las carpas para dormir en sus catres. Minutos antes terminó el prolongado discurso de Esparza sobre el proceso jurídico. Hace frío, los encargados de seguridad se organizan para cubrir con plásticos los rincones de las carpas por donde se cuela el viento.

Siguen llegando donativos. El último fue de cuatro paquetes de propaganda impresa en los talleres gráficos del Partido del Trabajo. Es una historieta escrita e ilustrada por el caricaturista Rafael Barajas, El Fisgón, titulada De cómo fue el proceso de liquidación de Luz y Fuerza. Adrián, el donante, les pide que vayan por el resto del material a los talleres, ubicados en la colonia Bondojito.

La noche pinta tranquila, por lo menos ahora no hay agresiones como las que han reportado en el campamento. Hugo Ortega, uno de los coordinadores, se retira poco después de que Martín Esparza se va a su casa. Daniel Pineda, otro encargado, duerme en una de las tres carpas destinadas a los hombres, pues también está en huelga de hambre.

A las 3:00 horas se propaga una alarma: el huelguista Héctor Iriarte se queja de dolor de estómago. Los médicos lo auscultan y, cuando sus compañeros se aprestan a llamar una ambulancia, logran estabilizarlo.

Prevalece la inquietud porque horas antes los paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se llevaron a María del Rocío Higuera a la Clínica 26 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), porque se sintió mal. Estuvo acostada en su catre todo el día porque se le bajó la presión y se mareó.

Su salida fue emotiva. Todos los huelguistas hicieron una fila desde la carpa donde pernoctaba hasta la salida del campamento, iluminados por las luces intermitentes de la ambulancia A8-069. Rocío salió entre aplausos, en camilla, llorando, con una mano cubriéndole la boca. Prometió que iba a volver...



Un día de protesta



María del Rocío tiene 56 años. El pasado 1 de mayo decidió sumarse a la huelga de hambre de sus compañeros electricistas, desafiando a sus cuatro hijos, que no estuvieron de acuerdo. Para convencerlos se comprometió a dejar la protesta cuando se sintiera mal, pero un día antes de que se la llevaran al IMSS le comentó a la reportera que no pensaba cumplir esa promesa: “A mí me sacan de aquí al hospital o al panteón”.

Esta causa es tan importante para Rocío porque le entregó 20 años de su vida al trabajo en LyFC, como oficinista del Departamento de Obras Civiles del sector San Lázaro. Es madre soltera; su hijo menor tiene 16 años y depende de ella.

Llevaba 20 días comiendo miel y culpando al gobierno calderonista de haberla orillado a declararse en huelga de hambre porque con el decreto le quitó “todo lo que tenía”. Hace un resumen de su situación: “Me quedé en mi casa con 56 años de edad y sin trabajo. A esta edad ¿quién me va a emplear?” Aunque dice estar confiada en que su movimiento alcanzará su objetivo de recuperar los empleos, asegura que si el SME pierde esta lucha por lo menos le quedará la dignidad y podrá ver a sus hijos “de frente” porque esta lucha “es por ellos”.

Ya de día, se corre la voz de que Héctor también se sintió mal. Los cuatro sindicalistas que relevan a la guardia nocturna preguntaron por la salud de Rocío. Nadie tiene nueva información.

Las mujeres huelguistas despiertan y enseguida, una por una, salen de su carpa con una toalla colgada en los hombros y una bolsa donde llevan champú, jabón, cepillo y pasta dentales: se preparan para bañarse en una cabina de madera con regadera, agua caliente y drenaje de PVC que desagua en las coladeras de la Plaza de la Constitución.

Lo mismo hacen los hombres en un baño en forma de casa donde se instalaron seis regaderas para su servicio. La mayoría usa camisetas de distintos colores, estampadas con consignas políticas o con el escudo del SME.

A las 9:00 horas comienza la visita. Familiares y amigos entran al campamento después de lavarse las manos con gel antibacterial y colocarse un cubreboca. El cerco de seguridad fue recomendado por médicos enviados por el gobierno capitalino después de que Miguel Ángel se enfermó de gripe, le salió sarpullido en los brazos y le diagnosticaron varicela (cuadro clínico que fue descartado por doctores del IMSS).

Dentro o afuera de las carpas, los huelguistas reciben a sus visitas; sus madres los abrazan, las esposas les llevan a sus hijos; les dejan ropa limpia y se llevan la sucia.

De pronto, unos gritos llaman la atención. Son alrededor de 300 miembros del Movimiento Popular El Barzón, encabezados por Crecencio Morales, que llegaron en una veintena de autobuses. Alrededor de las 6:00 horas paralizaron el tránsito en la carretera México-Pachuca, en apoyo al SME. Con las manos limpias y provistos de cubrebocas, Morales y otros seis barzonistas entran al campamento, no sin antes registrarse en la carpeta roja de los “personajes distinguidos”.

Entre consignas –una de ellas “SME y Barzón, un solo corazón”–, Crecencio Morales se compromete a que todos los jueves paralizarán las carreteras federales México-Querétaro, México-Puebla y México-Cuernavaca como muestra de solidaridad. Los huelguistas le prodigan aplausos.



Ruta improvisada



La ovación recuerda a la que le otorgaron un día antes, el 19 de mayo, al “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador.

Al grito de “presidente, presidente”, los electricistas agradecieron las muestras de solidaridad del tabasqueño, quien emplazó a la SCJN a resolver con justicia el caso del SME. El huelguista Celestino Obando Salvador le dio la bienvenida y le pidió que vuelque a su ejército de simpatizantes del movimiento en defensa de la economía popular a sumarse a la lucha del SME.

El acto fue presentado por el vocero del sindicato, Fernando Amezcua, quien no se ha sumado a la huelga de hambre después de que abandonó el campamento el 10 de mayo para ir a Caracas, Venezuela. Fue “por motivos de agenda”, lo justificó entonces Martín Esparza.

Al terminar el barullo provocado por López Obrador, los huelguistas regresaron a sus carpas. Unos leían periódicos, otros escuchaban música en su celular o en sus Ipods. A las tres de la tarde salieron para recibir a las viudas de los mineros que fallecieron en la mina Pasta de Conchos en febrero de 2006.

Carlos Rodríguez, miembro del Centro de Acción y Reflexión Laboral (Cereal), manifestó el apoyo de las viudas y familiares de los mineros al SME; esta vez el acto fue coordinado por Daniel Pineda porque Amezcua ya se había ido.

Enseguida Ferrer Galván, presidente de la Liga Nacional de Comités en Resistencia, les dio una plática sobre desobediencia civil. Se remontó a las acciones encabezadas por el Mahatma Ghandi en la India y terminó con la invitación a los huelguistas para que dejaran de consumir productos Bimbo porque no son nutritivos y sólo engordan. Vestido con un elegante traje gris y una camisa rosada, también los exhortó a crear una cooperativa textil cuando terminen su huelga de hambre para confeccionar su propia ropa y dejar de gastar en ropa de marca.

Alrededor de las 18:00 horas Esparza visitó carpa por carpa para explicar cómo iba la defensa jurídica del sindicato.

A medianoche se despidió de los huelguistas y de los simpatizantes que lo esperaban fuera del campamento. Prometió volver al día siguiente, el jueves 20, a las 9:00 horas, pero llegó alrededor de las 11:30.

Transcurrió el tiempo. Conforme se ocultaba el sol, la gente seguía llegando al campamento para participar en la marcha “en pro de la huelga de hambre” que el SME realiza todos los días, por distintas rutas, en el primer cuadro de la Ciudad de México.

Esta vez se juntaron alrededor de 300 personas y marcharon por la avenida Plaza de la Constitución, a la altura de Palacio Nacional, hasta cruzar por la calle Monte de Piedad. Doblaron en la avenida Tacuba y se detuvieron en la estación del metro Allende, donde lanzaron consignas: unas para invitar a la gente a no pagar la luz y otras para exigir un “alto al gasolinazo”.

Custodiados por elementos de la Policía de Tránsito del gobierno capitalino, los electricistas improvisaron la ruta. Dieron vuelta en Bolívar hasta República de El Salvador, gritando: “Con este desmadre, el PAN chingó a su madre”.

Regresaron al Zócalo por la avenida 20 de Noviembre. En la esquina con Plaza de la Constitución colgaron una manta: “Calderón: Tú puedes evitar un movimiento social ¡Renuncia! SME”. Luego cruzaron la avenida y se incorporaron al campamento, ya custodiado por extrabajadores del área de cobranza, mantenimiento y oficinistas varios de LFC, apoyados por miembros del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y del Movimiento Nacional por la Esperanza, agrupación liderada por René Bejarano, que instalaron sus propias carpas alrededor del plantón del SME.

Como la consigna es no consumir alimentos, buena parte de los donativos consisten en miel, sueros, agua embotellada y víveres como papel higiénico, barras de jabón y medicamentos. Durante las 24 horas que estuvo presente la reportera, constató que Enriqueta Chávez, de la Resistencia Civil Pacífica, y Lenin Cortés, subsecretario de Asuntos Religiosos del gobierno capitalino, hicieron donaciones en especie. Una ancianita entregó los 50 pesos que cada tercer día aporta desde el inicio del plantón.

Los recursos así recabados se guardan en una carpa que funge como almacén. Es pequeña y casi ya no caben más botellas de agua, jabones, papel higiénico, aromatizantes y productos de limpieza.

Cada tercer día el Heroico Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal llena de agua dos tinacos de mil litros que abastecen el campamento, sobre todo los seis baños. Dos de éstos se reservan para los visitantes y el resto para los huelguistas; igual número para hombres que para mujeres.

De vez en cuando la Brigada 9 de la Asamblea de Barrios recorre la Plaza de la Constitución en un camión y vocea consignas de apoyo al SME.

Entre tanto, Hugo Ortega, juez de la Comisión Autónoma de Justicia del SME y coordinador del campamento, atiende a los reporteros que solicitan entrevistas. Los camarógrafos toman imágenes de las mujeres, los fotógrafos centran sus lentes en las personas recostadas en los catres. Les interesan también los momentos en que los electricistas gritan consignas.

Más tarde, tres mujeres se sumaron a los ayunos de 12 horas que diariamente realizan los electricistas para alentar a sus compañeros que permanecen en huelga de hambre.

Esa noche Martín Esparza confió a la reportera que estaba planeando emplazar a la SCJN para que lo más pronto posible resuelva el amparo interpuesto por el SME el 24 de marzo contra la liquidación de LFC, pues el 17 de mayo el periódico La Jornada publicó que los magistrados resolverían el caso hasta julio.

Como los huelguistas están decididos a permanecer en huelga de hambre hasta entonces, el doctor Alfredo Verdiguel, cirujano de profesión y jubilado de LFC, donde trabajó en el área de fábricas y talleres, advirtió que no aguantarían otro mes sin alimento: “En 30 días tendrán más problemas, podrían infartarse, sufrir insuficiencia renal o quedar inconscientes”.

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No hay nada que repartir: Mockus.

17:53 Reporter: Semanario Voces 0 Responses
Hace unos minutos, Mockus soltó una frase fenomenal: "Bienvenidos simpatizantes y electores de otros candidatos, a sabiendas que aquí no hay nada para repartir, sino principios para compartir".
Mirar la política de otro modo, aunque cueste. Hacer política en la cual no todo vale. Sin atajos. Utópico modo de ver las cosas. Quizá haya una dosis de ingenuidad. Pero, qué mejor. Hay otras cosas en la vida. Mockus se la está jugando. ¿Quién se apunta? Para esto se requiere imaginación simbólica, y un compromiso ético-política.

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